Fa anys, quan estudiava fotografia, em va impressionar l’obra i els retrats d’Alberto García-Alix. Els seus retrats tenen aquella força que fa que et quedis mirant la persona retratada i vulguis saber més coses d’ella. T’interroguen i t’inquieten a la vegada…
Autorretrat d'Alberto García-Alix
L’altre dia, repassant un llibre seu vaig trobar aquest text on ell mateix deia:
“La fotografía, el retrato, es el arma de un crimen. Cuesta creerlo, pero así es: terrible, pavoroso, absurdo, irracional… No exagero. Es un arma de extremada y refinada maldad, que de golpe no mata… pero matará.
Estoy seguro. Hiere donde más duele. Allí, sin piedad, golpea y cómo golpea. Con qué saña. Con que alevosía, con verdaderas ganas… ¡Que no se diga!
Por buscarles una similitud, por comparar sus golpes de una manera creíble con algo, diría que son como… ¿puñaladas? Sí, puñaladas en procesión, una tras otra, sin descanso, pues más tarde o más temprano siempre llegan y, aun sin ser visibles, siempre dejan profundas heridas.
Hoy son ya muchas, demasiadas. Las más antiguas aún sangran. Las recientes, no es que duelan, no. Torturan. Destruyen. Acogotan. Y las que vienen, que seguro. Que vendrán, mucho me temo que acabarán matando. No hablo por hablar, tampoco miento. Tengo poderosas razones para confesar que la fotografía es el arma de un crimen.”
Impressionant!
Del llibre “Moriremos mirando”, Alberto García-Alix. La Fábrica Editorial
Portada del llibre "Moriremos mirando" d'Alberto García-Alix, de La Fábrica Editorial
Marc Vidal